Cómo curar el estrés

No existe una forma de curar el estrés como si de una enfermedad se tratase porque son múltiples los factores que lo desencadenan. Ojala existiera una vacuna o una píldora que acabase con  el estrés. Pero por desgracia no es tan sencillo. En esta página vamos a enumerar muchas soluciones para reducirlo, minimizarlo, tenerlo controlado y ¿porqué no? Hacerlo desaparecer para poder gozar de una buena calidad de vida.

¿Qué es el estrés?

El estrés es la forma en que el cuerpo responde ante los acontecimientos externos, en un intento por ayudarnos a sobrellevarlos de la mejor manera posible. Como buena fábrica de sustancias químicas, nuestro cuerpo es capaz de sintetizar de manera asombrosa, todo tipo de drogas naturales que puedan hacernos adaptarnos al medio.

Estrés por tiempo

Si por ejemplo, paseamos por el bosque y nos ataca un oso, el cerebro mandará un aviso a las glándulas suprarrenales para que fabriquen rápidamente adrenalina, que correrá por nuestro torrente sanguíneo acelerando el corazón y potenciando la musculatura al límite. Las pupilas de los ojos se dilatarán para ver mejor, los pulmones se ensancharán para captar más aire, el sistema digestivo se detendrá y se nos secará la boca. En décimas de segundo estaremos corriendo a toda velocidad hacia el árbol más cercano, y subiéndonos a lo más alto de sus ramas. Una vez ha pasado el peligro, difícilmente podremos repetir la hazaña en condiciones normales de reposo.

Ante una situación de peligro, el cuerpo genera un estres para prepararse para dos situaciones “Lucha o huida”. En este ejemplo del oso, el estres ha resultado positivo para la supervivencia, pero el problema ocurre cuando el estres se activa en situaciones cotidianas de la vida, tales como al conducir, al hablar con el jefe, al ver un partido de fútbol, al hacer la compra en un supermercado abarrotado…

Se genera una respuesta cada vez más cansada que puede derivar en dolores de cabeza, tensión muscular, dolores de espalda, problemas estomacales, enojo, irritabilidad, ansiedad e incluso depresión.

Por lo tanto, combatir el estres es poner remedio, no a una enfermedad, sino a muchas enfermedades, físicas y mentales, que acabarán llegando tarde o temprano.

A continuación vamos a ver algunas estrategias para combatir el estres. Nuestro consejo es que comiences a practicar alguna de ellas, dos o tres, hasta encontrar la que mejor se adapte a tus necesidades y mejor pueda convertirse en una rutina habitual.

1 – Hacer deporte:

Realizar ejercicio deportivo suave de manera habitual es una de las mejores maneras de tener el estrés controlado. Aunque quizás estés pensando (No tengo tiempo para hacer deporte), o no tendrás ganas de apuntarte a un gimnasio, andar en bicicleta o correr por el parque, pero sin embargo es la mejor estrategia, la mas efectiva y la mas saludable para reducir el estrés.

Deporte para el estrés

Resulta paradógico, pero hacer ejercicio, aunque resulte cansado en el corto plazo, aumentará tu energía en el largo plazo. Ayudará a liberar endorfinas, llamadas también “La hormona de la felicidad”, así como a dormir mejor por las noches, mejorando el insomnio.

Puedes empezar hoy mismo caminando diez minutos (mañana que sean 15). Puedes salir a tirar la basura al contenedor que está 5 manzanas mas lejos del habitual. Puedes probar a bajarte del tren o del autobús una parada antes de lo habitual, o simplemente dar vueltas en círculo a tu casa. Si no quieres salir a la calle, prueba a bailar frente al televisor, organiza la limpieza de una habitación, haz estiramientos, o cambia los muebles de sitio. Cualquiera de estas actividades puede ser un buen comienzo.

2 – Relajación:

El verdadero beneficio del ejercicio físico es precisamente conseguir la relajación muscular. Cuando el cuerpo está tenso y obtiene una respuesta física (Correr o bailar) pierde la tensión y se relaja. De igual manera, necesitamos relajar la mente para liberar tensiones y encontrar su beneficio.

Relajación contra el estrés

La parte positiva de la relajación mental, es que no requiere un esfuerzo. Si para relajar los músculos, primero tenemos que ejercitarlos y cansarlos,  para relajar la mente, no es necesario que hagas crucigramas ni que memorices la lista de los reyes Visigodos. Basta con que respires lentamente y dejes que los pensamientos fluyan despacio, dentro y fuera de la mente.

Como ejercicio de iniciación, puedes probar a respirar 5 minutos de manera consciente, enfocandote en el aire, en cómo entra y en cómo sale, notando cómo se mueve el torso y el abdomen. (No hay que hacer nada mas)

También puedes comenzar con la meditación, tratando de conseguir un minuto sin pensar en nada, (mañana dos minutos). Aunque parezca una tontería, con el tiempo y la práctica, se consigue una paz mental que ayuda a reducir considerablemente el estres.

Por último se recomienda comenzar a practicar alguna actividad relacionada con el “Yoga”. No es necesario apuntarse en ningún centro especializado. Basta con leer algunas páginas sobre yoga pra principiantes y practicar 5 minutos en casa.

3 – Cambiar la alimentación:

Seguramente pienses que podrías mejorar a la hora de alimentarte de manera más saludable. (es cierto) Incluso las personas que creen que se alimentan bien, no lo están haciendo correctamente.

La alimentación resulta importantísima en el modo en el que nos sentimos, siendo la fruta y la verdura nuestros mejores aliados. Todo lo que sea alejarse de la fruta y la verdura ecologíca nos hará sentirnos peor en el largo plazo.

Al igual que la paradoja del ejercicio anterior, en la alimentación encontramos que cuanto más saludable es el alimento( Fruta y verdura), peor nos hace sentirnos en el corto plazo (sabor aburrido o poca saciedad), pero mejor nos sienta en el largo plazo. Y al contrario, cuanto más rico y menos saludable es (Hamburguesa con patatas y refresco) , mejor sensación tendremos en el corto plazo, pero peores consecuencias acarrearán para nuestra salud física y mental.

Evita el azúcar, el alcohol y los productos refinados. Se sabe que los cereales integrales ayudan a mantener el nivel de azúcar en sangre y por lo tanto evitar picos de energía que tanto daño causan a nuestro organismo. De igual manera se debe evitar el café y las bebidas carbonatadas. Las carnes y las grasas animales tienden a embotar el cerebro y el intestino.

Comprar con un mono

¿Qué puedo comprar en el supermercado? Te estarás preguntando. Pues bien, una buena forma de enfrentarse a este dilema, es imaginar que paseamos por el supermercado con un mono subido en nuestro hombro. No compraremos nada que no comería el mono con sus manos. Únicamente nos detendremos en la sección de fruta y en la de verdura. El resto es mejor ni acercarse. Y por supuesto, si conseguimos los productos ecológicos, evitaremos introducir en nuestra sangre los pesticidas y herbicidas que, poco o nada van a contribuir a reducir nuestro estrés.

4 – Reír a carcajadas:

Esta estrategia aparece en cuarto lugar porque no es algo que podamos encontrar con la misma facilidad que las otras tres, pero que también puede ser importante a la hora de luchar contra el estrés.

Al reír nos sentimos mucho mejor, mejorando nuestro sistema circulatorio, mejorando la función pulmonar, la irrigación sanguínea, reduciendo la hormona cortisol, y liberando endorfinas.

Reír a carcajadas

Puedes apuntarte a sesiones de risoterapia en grupo, o montártelo por tu cuenta en casa viendo una película o tu serie favorita de humor. Puedes leer cómics divertidos, libros de chistes, entrar en chats por internet…

Según algunos descubrimientos científicos recientes, el hecho de reírse resulta muy positivo para la salud tanto física como emocional. Pero aunque no tengas ganas de reír, resulta curioso que el hecho de simular que te ríes, tiene los mismos beneficios. Por lo que otra opción disponible es la de mirarte al espejo, y empezar a fingir que te ríes. Aunque parezca absurdo, en pocos segundos comienzas a notar la mejoría. (Haz la prueba).

5 – Escribir un diario:

Escribir aquellas cosas que te estresan en el día a día, puede ser una buena manera de rebajar su peso emocional y a la vez, un nuevo modo de buscar soluciones y de enfrentarte a tus problemas.

Diario personal

Como si de una visita al psicólogo se tratase, puedes intentar buscar un momento en el día para desahogarte con tan solo una libreta y un bolígrafo, anotando los sucesos y las sensaciones que te causaron. Tras escribirlo, la gente asegura que los problemas no parecen tan serios, y se tiende a minimizar su efecto estresante. Este ejercicio ayuda a encontrar el origen de tu estrés, y tras su realización, es posible que encuentres nuevas maneras de hacer frente a tus problemas.

Otra forma de realizar este ejercicio es directamente hablando con un amigo por teléfono, con un familiar, o incluso si le parece oportuno, con un profesional titulado en psicología.

6 – Audiciones guiadas:

La falta de tiempo y el poco compromiso por realizar cualquiera de las 5 tareas anteriores puede llevar al fracaso tu intento por reducir el estrés. Para ello, en sexto lugar indico una de las estrategias que menos esfuerzo requieren, y que apenas pueden requerir 10 minutos al día.

Se trata de dejarse guiar por una audición, que mediante la voz de un maestro en la técnica tratará de llevarte a una situación de relajación, tanto física como emocional. Lo único que debes hacer es obedecer a la voz cuando indica respirar , expulsar aire, mover los brazos, tumbarse, o centrarte en las imágenes que debes pensar y las situaciones que debes imaginar. Diez minutos después, notarás que tu nivel de estrés se ha reducido e incluso ha desaparecido.

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One Response

  1. Jose , E. 8 enero, 2018

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